¡Bienvenidos de nuevo, amantes de lo extraño y lo maravilloso (¡y real!)! Hoy de nuevo nos vamos de expedición en busca de lo más extravagante que nos ofrece la realidad. Hemos decidido echar un vistazo a las bibliotecas extrañas y maravillosas que hay ahí fuera. ¿Nos acompañáis?
¡Vamos allá! ¡Esperamos que lleves la mochila cargada de paquetes de patatas fritas y galletas de chocolate, termos de té calentito y un sillón orejero desplegable, como mínimo!
1. Lee, no seas burro
Comenzamos con un clásico que no puede faltar: el biblioburro de Luis Soriano, una estupenda biblioteca itinerante. Desde hace más de veinte años, este colombiano viaja junto a sus burros Alfa y Beto para repartir cultura por toda Colombia. Cuenta que un día unos bandidos lo asaltaron y al percatarse de que no tenía dinero le robaron un ejemplar de Brida de Paulo Coelho. ¡Justo castigo por sus crímenes!

¿Qué te puede pasar si no devuelves un libro a tiempo? No os arriesguéis: ¿vosotros sabéis lo que duele el mordisco de un burro? Por algo son conocidos como los tiburones de tierra[1].
2. Tira de la cuerda
Visitemos la biblioteca colgante de Saint-Étienne, en Francia. Esta maravilla de biblioteca urbana al aire libre fue diseñada por Didier Muller y su funcionamiento es bastante sencillo: si ves un libro que te gusta, tiras de la cuerda y dejas otro libro a cambio.

¿Qué sucede si te llevas el libro y punto? Nuestra fuente más fiable[2] nos informa de que muy cerca de esta biblioteca hay un pequeño bosquecillo repleto de ahorcados que lleva el pintoresco nombre de Los que no dejan libros a cambio, pero imaginamos que es simple y pura casualidad.
3. Una biblioteca para diminutos
Nuestra tercera biblioteca es la de la Casa de Muñecas de la Reina María, tal vez la biblioteca más pequeña del mundo. Se encuentra en el castillo de Windsor, en concreto en la casa de muñecas que Edwin Lutyens diseñó en 1924 para la reina María, esposa de Jorge V.
Esta biblioteca es muy especial, ya que algunos de los libros que contiene son libros escritos de puño y letra por sus autores, todos famosos escritores de su época. Sir Arthur Conan Doyle, M.R. James, Robert Graves, Aldous Huxley, J.M. Barrie y Kipling (por mencionar solo algunos) contribuyeron con sus textos. Hasta Thomas Hardy[3] donó un librito.

¿Qué puede pasar si te llevas «prestado» uno de estos libros? Que al día siguiente del hurto un diminuto ejército inglés te vuele en pedazos.
Tú verás lo que haces.
4. Unas lecturas para morirse
Nuestro siguiente edén librístico es la Biblioteca del Cementerio (Krems an der Donau, Austria): básicamente son tres estanterías en un cementerio. Sus creadores, Michael Clegg y Martin Guttman, lo ven como una manera de que la comunidad dialogue e interaccione con el espacio. Los visitantes pueden coger cualquier libro y dejar uno suyo a cambio.

¿Qué te puede pasar si coges un libro y no dejas ninguno? Está muy feo eso. Si lo haces, durante el resto de tu existencia recibirás por la noche la vista fantasmal de una cabra de peluche que te balará al oído: «No eres buena personaaaaaaaah»[4].
5. La lectura como arma
Arma de educación masiva, en Argentina, es una biblioteca algo hermosa pero con forma siniestra. El artista Raúl Lemesoff convirtió un Ford Falcon en un tanque que puede contener más de 900 libros. Con él recorría Buenos Aires, disparando cultura a los argentinos que encuentra en su camino. No sabemos si sigue en activo (esperamos que sí).
¿Qué te puede suceder si no devuelves un libro? En esta ocasión, absolutamente nada. Lo que quiere Raúl es extender cultura, así que llévate ese libro, métete en tu madriguera y sé feliz como una perdiz que vive en una madriguera y lee un libro.
Notas:
- [1] Dato completamente falso testado ante notario.
- [2] Nuestra cabra de peluche, Radar.
- [3] Thomas Hardy, el escritor. No confundir con Edward Thomas Hardy, aunque ambos han contribuido grandes cosas a la humanidad.
- [4] No es que Radar esté pluriempleada (ni muerta), es que tiene un dominio excepcional del espaciotiempo.
Y por cierto…
Si te gusta el fantástico, ¡te encantará esta aventura sobre un grupo de adolescentes que tienen que sobrevivir en una ciudad maldita!
Solo tienen hasta la salida de la Luna Roja para sobrevivir, pero hace treinta años que nadie lo ha conseguido. ¿Y qué diablos pasará luego con esa luna? Puedes leer las primeras páginas aquí:
Hola, Gabriela Campbel, me encantó leer algo diferente. Busco textos originales en la red. Creo que el burro itinerante, repartiendo libros, y la biblioteca del auto, regalando libros, se lleva mis aplausos. Qué manera tan ingeniosa de compartir la cultura. Tan generosa y llena de imaginación. Ojalá y sigan con tan noble tarea. Deberíamos seguir su ejemplo.
Tengo una finca, herencia de mis abuelos, hay árboles frutales, aves, y una fuente maravillosa. Me gusta leer ahí y estoy pensando por qué no compartir mis libros con docenas de lectores que les gustaría visitarme. Es decir, una biblioteca campestre. Sería única en su género. Los lectores llevarían de comer y se bañarían en la fuente. ¡Fantástico!, ¿no les parece?
Voy a tratar de madurar la idea. Luego les cuento…