N.K. Jemisin, la autora de moda, está de vuelta. Después de arrasar con su trilogía de La tierra fragmentada (con la que ganó todos los premios que se le pusieron por delante y que desde aquí recomendamos), nos trae una fantasía urbana de ciudades vivas que tiene una pinta excepcional. Aunque el eBook ya se puede adquirir, tendremos que esperar para tener la obra en papel (como es muy lógico, con la que está cayendo).
La ciudad que nos unió es el arranque de una nueva trilogía (Great Cities) y seguro que estará a la altura de la anterior. Ambientada en este mismo universo tenemos el relato La ciudad que nació grandiosa, que aparecía (y daba título) a la antología de relatos que publicó Nova el año pasado.
Esto es lo que sabemos del libro:
La ciudad que nos unió es «una historia revolucionaria de cultura, magia y mitos en la Nueva York actual».
«En Manhattan, un joven estudiante de posgrado sale del tren y se da cuenta de que no recuerda quién es, de dónde viene ni su nombre. Pero sí que es capaz de sentir el latir del corazón de la ciudad, ver su historia y percibir su poder.
En el Bronx, la directora lenape de una galería de arte encuentra unos extraños grafitis que adornan toda la ciudad, tan maravillosos y poderosos que se podría decir que la pintura la llama, literalmente.
En Brooklyn, una madre y política descubre que oye las canciones de la ciudad, que resuenan al ritmo de los tacones de sus Louboutin.
Y no son los únicos.
Toda gran ciudad tiene un alma. Algunas son tan antiguas como los mitos, y otras, tan nuevas y destructivas como los niños. Nueva York tiene seis…».
¿Qué significará para nosotros una historia tan… neoyorquina?
Todo lo que leemos sobre este libro nos lleva a esta pregunta: ¿será una novela de este tipo igual de atractiva para un habitante de Sevilla, Pontevedra o Teruel que para el estadounidense medio?
Como dicen en una reseña del libro en Kirkus, la novela es «una llamada de atención a las tensiones raciales que dividen no solo a la ciudad de Nueva York, sino a los EEUU por completo; subraya que las personas de color son una parte integral del tapiz de la ciudad, aunque haya personas blancas que quieran tratarlas como intrusas».
De hecho, la maldad enemiga que amenaza a la ciudad es una criatura al estilo primigenio, y Jemisin no esconde su aversión hacia Lovecraft y su racismo. También dicen en Kirkus: «El Enemigo aparece como una Mujer de Blanco que hace uso de las fuerzas del racismo y la gentrificación para invadir la ciudad; su verdadera esencia está abiertamente inspirada por los tropos del autor xenófobo H. P. Lovecraft«.
No es que en Sevilla, Pontevedra o Teruel no tengamos fuerzas racistas ni alienantes, pero las consideraciones raciales de Nueva York son muy específicas para la ciudad. ¿Será lo bastante potente el mensaje localizado de Jemisin como para volverse universal?
Veremos si consigue conquistarnos.