42 razones totalmente válidas para abandonar un libro

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Hay muchas clases de lectores. Hay lectores altos y bajos, calvos y con melena, agradables y dignos de defenestración. Cada uno tiene sus gustos y sus manías.

Esto se complica además con la edad. Tenemos rachas de leer más un tipo de libro que otro. Nos apetecen cosas diferentes. A lo mejor un año leemos cincuenta libros y al siguiente leemos tres. A lo mejor un año leemos fantasía épica y al siguiente devoramos manuales de automovilismo.

Pero hoy vamos a dividir a los lectores en dos grupos cruciales, porque nada hay tan divertido como generalizar de manera burda y sentenciosa: tenemos lectores que terminan un libro casi siempre, cueste lo que cueste, y lectores que no tienen ningún remilgo a la hora de abandonar una obra que no les esté llegando.

¿Por qué dejamos de leer?

Desde Lo extraño y lo maravilloso nos preguntamos (porque nos preguntamos muchas cosas, sobre todo cosas como a dónde van las cabras cuando mueren o a qué sabe la Vía Láctea) qué es lo que hace a los lectores soltar un libro.

Nosotros somos escritores, así que estaría muy feo que nos quejáramos de fallos que nos hacen abandonar un libro, ya que nosotros también habremos cometido o cometemos alguno (o muchos) de esos fallos. Así que dejamos tooooda la responsabilidad en vuestra mano. Preguntamos en nuestras redes y respondisteis, ¡madre mía si respondisteis:

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Hemos pedido razones para abandonar un libro. Estas no siempre tienen que ver con un problema del libro en sí: muchos también habéis hablado de que algunos libros no os han llenado por vuestras propias circunstancias vitales o expectativas.

También nos gustaría dejar claro que estas 42 razones son un resumen muy amplio de todo lo que habéis dicho, y que algunas de esas 42 razones no las habéis dicho vosotros, sino que se me han ocurrido a mí, Gabriella Campbell, en mi escasa sabiduría.

Y alguna me la ha chivado nuestra cabra, Radar.

En principio, estas son razones para abandonar libros de género fantástico, pero casi todas se pueden aplicar a todos los géneros. También quiero dejar muy claro que esta lista tiene un poco de… eh… cachondeo. No os la toméis demasiado en serio:

42 razones totalmente válidas para abandonar un libro

1. Al autor le gusta tanto el mundo que ha creado que siente la necesidad de describirte el proceso de larva a pupa de un tipo de gusano durante tres páginas enteras. El gusano no vuelve a aparecer en el resto del libro.

2. Los personajes son tan planos que los usas a veces cuando no tienes una regla a mano. No solo eso…

3. Los personajes son tan planos que inspiraron a Terry Pratchett a escribir la serie del Mundodisco.

4. La obra resulta ser esa combinación letal entre un libro de 800 páginas y el relleno suficiente como para hacerte tu propia funda nórdica.

5. El libro es aburrido. Te gustaría realizar un análisis técnico y explicar por qué el libro es aburrido, pero tienes otras cosas que hacer con tu vida, como leer libros que no sean aburridos.

6. Tienes hambre y no has comprado un libro comestible. O igual estás en la bañera y tu libro no es sumergible.

7. Tu gato se ha apropiado del libro.

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8. La trama es tan predecible que sabes cómo va a terminar el libro solo con ver la cubierta.

9. Los personajes son insoportables. Te gustaría que hubiera una trama de redención que justificase la insoportabilidad de los personajes, pero sabes bien que no la habrá.

10. El libro está escrito para niños superdotados violinistas que saben programar en Cobol. Neal Stephenson, últimamente te estamos mirando a ti.

11. En el primer párrafo hay cuatro repeticiones de la palabra alma y se cambia de nombre (y de sexo) al protagonista.

12. Te dejaste el libro en el tren (no os riáis: así tuve que esperar yo años para saber cómo terminaba Cuando fuimos huérfanos).

13. Que el librero te pille ya a mitad del libro y te eche de la tienda.

14. Agujeros en la trama tan grandes que podrían llegar a alterar el espacio-tiempo.

15. Tópicos tan tópicos que te los podría recetar un médico para tratar la dermatitis.

16. Personajes tan intensitos que bastarían para abastecer de energía a una ciudad entera.

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Te dije que ese unicornio no me llamaría de vuelta, ¡te lo dije!

17. Cualquier incoherencia, problema o dificultad se resuelve con… ¡oh, magia!

18. Prosa tan simplona que parece sacada de un cuaderno de Micho[1].

19. Prosa tan recargada que se podría usar para decorarle una manga a Luis XVI.

20. El libro suena a ese otro libro que suena a otro libro que suena a aquel libro que te recuerda a ese otro libro.

21. Tu casa está en llamas y tienes que salvar cosas que no son este libro.

22. Malas traducciones o calcos del inglés que son jodidamente asombrosos, maldita sea.

23. La escena de sexo te da más cosica que aquella vez que pillaste a tus padres haciendo el amor.

24. Un personaje narra todo lo que hay que saber sobre el mundo o su política o su sistema de magia o a cuánto está el pan en cada mercado durante ocho páginas seguidas (también conocido como infodumping).

25. Llevas tres páginas y ya te han presentado a veintiocho personajes. Por suerte, hay un árbol genealógico al final del libro, pero solo mirarlo te ha dado susto y has recordado que hace mucho que no juegas al Candy Crush.

26. Además, el libro tiene veinte mapas. Cada mapa tiene treinta regiones, cada una con varias ciudades. Decides que casi mejor te pones a jugar al Civilization, que también tiene mapas, pero es menos exigente.

27. Hay elfos y dragones y vampiros y demonios, y hacen todo lo que se espera de los elfos, dragones, vampiros y demonios.

28. Encuentras un libro que empieza muy bien pero que te resulta vagamente familiar. Al rato te das cuenta de que es El señor de los anillos, pero con los nombres cambiados.

29. Estás leyendo un libro que en realidad no existe, como la tercera y la cuarte parte de Hyperion, de Dan Simmons.

30. Horrortografía y herratas, por todas partes. Más adjetivos antepuestos y voces pasivas que en una novela en inglés. Tantos gerundios y adverbios terminados en -mente que el libro tiene varias denuncias puestas por parte de Stephen King.

31. Eh, a ti te gustan la violencia y el sexo, pero hasta tú tienes un límite. Sobre todo si no aportan nada a la trama (y sobre sobre sobre todo si van de la mano).

32. Acaba de morir uno de los protagonistas y te ha dado exactamente igual.

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Creo que se está muriendo. Hmmm… ¿me como una magdalena de arándanos? ¿O mejor de chocolate? Hmmm…

33. Ha muerto un perro o un gato o un cuervo especialmente cuqui. Esto es imperdonable y deberás eliminar al autor de tu estantería, redes sociales y lista de contactos.

34. El libro no es para ti en este momento. Literalmente: tiene el nombre de otra persona en el interior y debería darte vergüenza robar libros ajenos.

35. Giros continuos en la historia, encadenados hasta la agonía, como si fuera una temporada de Prison Break puesta de cocaína.

36. Los diálogos son tan artificiales que te cuesta creer que los ha escrito un ser humano.

37. Llevas una página y ya has tenido que usar ocho veces el diccionario. En ninguna de esas ocho veces la palabra significa lo que el autor cree que significa.

38. Protagonistas guapos, inteligentes y perspicaces que parecen decirte a gritos que debes quererlos. Necesitan desesperadamente tu afecto, casi tanto como su autor.

39. El libro tiene menos ritmo que una canción de reguetón bailada por tu tío Feliciano en las fiestas del pueblo.

40. El libro no te está proporcionando la experiencia megachachiguaydelamuertequenopodrásolvidar que prometía en la cubierta.

41. El libro tiene tal carga ideológica y/o moralizante que estás pensando imprimir varias copias y revenderlas en mítines políticos, colegios religiosos y cenas de Nochevieja.

42. ¿Sinceramente? Porque tienes trece series pendientes de Netflix por ver y ocho hilos de comentarios en Facebook donde aún no has conseguido convencer a tus interlocutores de lo mucho que se equivocan.

Un libro abandonado no tiene por qué ser un libro triste

Recuerda: Si te lo han regalado por Navidad, y no tienes tiempo para sacarlo a pasear, por favor, no lo abandones en una gasolinera. Hay mucha gente dispuesta a adoptar un libro.

Ya en serio: no hace falta tirar un libro. Que tú lo odies no significa que no pueda gustar a otra persona. Dona, regala, revende. O incluso deja una caja que ponga «libros gratis» al lado del conteneder de basura.

Te sorprendería lo rápido que desaparece.


Notas:

[1] Si no sabes lo que es esto, enhorabuena: eres joven y bello y lozano.

Gracias a Ruben_H_Ernand, Cristina Macía, Eba Miren y a Joan Antoni Fernández por permitirme (¡o no!) robar con descaro sus observaciones y comentarios.

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Créditos:

4 comentarios de “42 razones totalmente válidas para abandonar un libro

  1. Óscar Llanos dice:

    ¡¿Cómo que la tercera parte de Hyperion no existe?! Si tengo el libro de Endymion en mis manos en este momento. Necesito una explicación…

    Genial post.
    Saludos.

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